domingo, 17 de noviembre de 2013

La reina de las flores

Hoy les contaré un cuento.
Había una vez, una niña llamada Xochitl (¡Si, esa soy yo!), esta niña era muy feliz. Iba a la escuela y era la más aplicada de la clase, era muy conocida  y todos querían ser sus amigos. Los niños le decían que era muy bonita, las niñas le decían que querían ser como ella, los maestros la querían por ser tan inteligente, pero nunca obtuvo la aprobación de su madre, ni si quiera un triste abrazo. Por otra parte, su papá, aunque nunca fue un hombre cariñoso, siempre consentía a Xochitl, porque el estaba orgulloso de las calificaciones de su hija. El problema, fue que a la mamá no le importaban las calificaciones y los diplomas, ella sólo quería que su hija se convirtiera en la perfecta ama de casa, exactamente como ella.
Pasaban los años, Xochitl iba creciendo, y todos le decían que se convertiría en una joven muy hermosa  (-Me mintieron todos-). La mamá, cada día presionaba más a Xochitl, le exigía que fuera la mejor para las labores domésticas, que fuera una mujer "modelo", que se vistiera y peinara conforme a las modas, en fin, que fuera perfecta según ella.
***Paréntesis. Una vez, cuando tenía 10 años, estaba en mi cuarto peinándome para ir a la escuela. Mi mamá entró por la puerta gritando porque mi falda tenía una arruga, y si tenía una arruga ¡no podía ser perfecta! Entonces me tomó por el cabello, me pegó, me lanzó al piso y me gritó -¡Nunca vas a ser una mujer de verdad!- Yo sólo me quedé sentada en el piso, llorando y con esas palabras resonando en mi cabeza.  Pasan y pasan los años y yo no puedo dejar de sentir la misma impotencia que sentí ese día. Por una parte, fue triste darme cuenta de lo poco que se valora mi mamá, de que según ella, el valor de una mujer está en que tan buena es planchando, lavando ropa o cocinando. Y por otro lado, saber que mi mamá nunca iba aceptarme. Algunos años después, mi mamá me llamó prostituta, y dijo que podía jurar que yo era la "amante" de mi papá (Según ella, era la explicación de que yo fuera la consentida de mi papá) Luego dejó de importarme la escuela y entonces mis dos papás me odiaron. Pero ha valido la pena, mi mamá ya no me dice "Puta". ****
Llegó el día en que esta niña terminó sus estudios de primaria. En la escuela se hizo una fiesta y una comida para los alumnos que pasarían a la secundaria. Xochitl llevaba un vestido rosa, y todos le decían que era la que se veía más bonita ese día. Ella estaba muy feliz, llena de emoción por ir a otra escuela. Tuvo un reconocimiento por tener el promedio más alto de toda la escuela, y un montón de alabanzas y buenos deseos de parte de maestros y compañeros para la nueva escuela a la que iría. 
No se sabe cómo fue, pero la vida de Xochitl cambió totalmente 1 mes después.
Entró a la nueva escuela, donde no conocía a nadie, en un lugar completamente nuevo para ella. Su mamá cada vez era más controladora, sobre protectora y perfeccionista, no la dejaban salir, en fin, no la dejaban hacer nada. Esto hizo que a ella le costara mucho trabajo integrarse con sus nuevos compañeros, sólo tenía dos amigas, el resto de sus compañeros le decían "rara", "muda",  y posteriormente "fea","lesbiana" etc etc. Además, se convirtió en pésima estudiante.
Xochitl se sentía cada vez más sola, y terminó creyéndose que era gorda y fea, como se lo decía su mamá. Poco a poco se deprimía más, y un día triste, se puso a buscar dietas en internet. Por extrañas cosas de la vida, llegó a una página "Pro ana y mia". Ella no sabía lo que era, pero la muy tonta e ingenua pensó que había encontrado en aquella página la solución a sus problemas. Comenzó a comer menos, a vomitar, y a hacer todas esas cosas que aquí conocemos de sobra.
Pasaban los días, y entre más peso perdía, más sola se sentía, más se aislaba. Ya para nadie era secreto que todo lo comido lo vomitaba. Xochitl estaba tan sola, que en esos días empezó a cortarse, y cuando la mamá notaba los cortes, la niña sólo decía -Es que estuve jugando con los gatos-. Pero empeoraba y empeoraba, ya no dormía, se levantaba en las madrugadas a hacer ejercicio, lloraba todos los días y cada vez que iba a la cama deseaba no despertar jamás.

Así pasó los 3 años de secundaria. Cuando iba a entrar al bachillerato, se dio cuenta de que esa era su oportunidad para cortar sus lazos con el resto del mundo y volver a empezar. Se deshizo de las fotografías de años pasados, cortó todo contacto con ex compañeros, se marchó a una escuela lejana... Decidió que ahora iba a solucionar sus problemas, se propuso ser aceptada por su mamá. Así, cambió su forma de vestir, de hablar, cambió todo lo que pudo y ni así obtuvo muestras de cariño de su madre. Cayó en depresión otra vez, y se dijo a sí misma que nunca sería feliz. Volvió a vomitar y se volvió a perder. Eso fue hace 4 años, y ahora, cada 3 o 4 meses, Xochitl se vuelve a jurar que será feliz, pero pasan 20 o 30 días y se vuelve a abandonar.

Hace tres días Xochitl estaba comiendo sin parar. Hace dos, se sentía triste sin saber porque. Ayer estaba feliz. Hoy no sabe para donde va, y no tiene ganas de hacer nada. Sólo piensa en echarse de cabeza a un pozo, en comer un poco y vomitar, ya saben, para no engordar. Ahora está pensando en todo lo que se comió ayer, en lo estúpida que fue al ceder ante un poco de alimento. Está sentada escribiendo unas líneas en la computadora, de vez en vez mira hacia abajo y se pregunta cuantos kilos habrá subido desde la semana pasada; ahora mira su mochila y recuerda que hay unos bombones cubiertos de chocolate adentro. ¿Porque compra comida que la hace sentir culpable? Ahora decide que comerá esos dulces, piensa que luego se sentirá culpable y mañana comenzará otra dieta. Se pregunta si las pastillas de algas realmente servirán para reducir el hambre (¿¿Alguien sabe??). Ahora tomará los chocolates, subirá a su cuarto y se encerrará a llorar y a comer mientras escucha una canción triste. 

4 comentarios:

EmpressO dijo...

hermosa, cuanto daño nos pueden hacer nuestras madres en nombre de "nuestro futuro" o "nuestro bienestar". Creo que ese tipo de heridas nunca sanan en realidad, pero puedes luchar para vivir tu vida plenamente, en paz con tu cuerpo y con la comida.
Un gran problema es cuando comemos emocionalmente, la unica cura para eso es buscar lo que te pone triste, te altera y te hace comer. Creo que sabes que en esos momentos de atracon comemos hasta con la panza llena, por lo que no creo que las pastillas saciantes te ayuden.
Espero sigas mejor. Aunque tengas dias malos y recaidas, concentrate en los dias buenos, en tratar de hacer que sean mas que los malos.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Justamente ayer, cuando mis papas se fueron a comprar, me "robe" un mantecol cubierto de chocolate (¡¡de 500gr!!) de la cocina, triste, sin si quiera tener hambre, me lo comi todo. Con culpa. Triste. Llorando, ni si quiera se porque lo comí. Siempre como compulsivamente segun como me sienta, pero son cosas que poco a poco voy combatiendo, vos tambien podes.
Sos muy fuerte, a pesar de todo el daño que te hicieron seguis aca, firme. Estoy orgullosa de vos, sos una motivación linda! Un beso enorme

Unknown dijo...

Luna, tu historia es la novela de una heroína... eres realmente valiente
los padres a veces la embarran con las cosas que dicen y piensan, mi madre también me dice cosas horribles a veces.. es evidente que duele y nos quedan sus palabras retumbando durante una semana o más en la cabeza, pero ¿quien es la dueña de tu vida? ¿tú o tu mamá?

En días en los que nos descontrolamos y comemos todo lo peor que puedes hacer es angustiarte (angustia=comida) intenta sonreir y relajarte, descanzar tu mente un poco de los problemas, evitar pensar (si... evitar pensar cuando uno se siente mal porque si piensas mucho terminas con ideas oscuras y tristes) :)
Linda, trata de levantarte.. seguir dando la pelea y sonreir
Te estoy leyendo
Tienes todo mi apoyo desde aquí..
Un abrazo enorme y un beso :3

Unknown dijo...

Se parece mucho tu historia a la mía, y la verdad es que nunca NUNCA le vas a poder dar gusto a tu madre, te lo digo por experiencia, así que mejor ni lo intentes.
Yo se que es difícil pero tienes que aceptar que tu madre es una persona egocentristra que no le importa como te sientes, y DEJAR DE TRATAR DE IMPRESIONARLA.
Ánimo nena

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